La venganza de los Belmont

Es el año del Señor 1576, y quince años antes Drácula, tal y como venia haciendo desde hace siglos, despertaba cada cien años para volver a llenar de terror las tierras de Valakia y eventualmente el mundo entero, como resultado de los pecados y vicios de los hombres que se alejan de Dios, reforzando el poder del príncipe de la noche más y más en cada uno de sus despertares. En ese entonces, en esos 15 años antes de los sucesos que acaecerán, Christopher Belmont se casaba con su esposa Illyana la misma noche en que Drácula volvia de los abismos del infierno, y la misma noche en que la ya Illyana Belmont quedaba encinta de su hijo Soleiyu. Aquella noche Illya era presa de las garras del maligno y embuida con la influencia de la sangre de Drácula en sus labios y por consecuencia en su vientre, maldiciéndola con el linaje de Drácula en la sangre de Soleiyu.

15 años despues, Soleiyu creció bajo la intensa y exigente educación propia del clan Belmont, con el objetivo de prepararle algun dia para un posible encuentro con el secular enemigo de la familia, Drácula, e iba a recibir por fin en herencia el látigo matavampiros, arma sagrada y tesoro ancestral de la familia Belmont desde Leon, el patriarca principal del clan. Y el pueblo entero preparaba jubiloso la fiesta para la ceremonia de investidura de Soleiyu y su entrada en el mundo de los adultos. Entonces Drácula despierta de nuevo tras quince años de letargo y la noche antes del 15 aniversario de Soleiyu, entra en la habitación de éste y le posee con su nuevo poder de dominar cuerpos ajenos, llevándolo de esa manera a las fauces de la oscuridad y enfrentándolo contra los de su propia sangre.

Drácula planea conquistar el mundo de nuevo y destruir a sus mortales enemigos Belmont de una vez por todas, pero todavia no posee el suficiente poder para ello, y por esa razón traza un plan. El plan de usar a Soleiyu y el levantamiento de cuatro castillos diferentes dominados por cuatro espíritus doblegados a su voluntad para reunir la fuerza necesaria para defenderse de Christopher, que sin duda iria a por su hijo, y darle tiempo a levantar su propio castillo de nuevo. Levanta cuatro castillos diferentes para ello, con el fin de retrasar el avance de Christopher Belmont, y son de nubes, hierba, roca y cristal.

Entonces las noticias no se hacen esperar. El anciano sirviente de Lord Christopher, Deimos, que ya habia acompañado a su señor en la anterior expedición contra Drácula, avisa a su amo que su hijo es objeto de rumores que dicen que se ha pasado al lado de Drácula, y con la intención de acallar esas habladurias y demostrar que son falsas, Christopher toma una vez más el látigo que creia no volver a tener que utilizar de nuevo, y enfrentarse otra vez a las hordas del compañero de juegos del diablo. Christopher se dirige al lugar donde se asientan los cuatro castillos, y derrota uno por uno a sus guardianes, más lo único que conseguia de esto era reforzar el poder de Drácula sin saberlo, y es que el levantamiento de los cuatro castillos era una excusa para hacer caer en la trampa a Christopher y era solo el primer paso del plan de su enemigo, que con fuerzas renovadas levanta su propio castillo, donde alberga nuevos peligros y a su arrebatado y querido hijo Soleiyu.

Después de hacer acopio de fuerzas, descanso y aliento, Christopher atraviesa las estancias del diablo en un agotador viaje hasta lo alto del castillo, donde, en una cámara anterior a la de Drácula, Soleiyu espera a su padre, negándole un gesto de cariño e instándole a prepararse para un mortal combate, en el que Christopher vence, y sin tener que darse la desgracia de matar a su propio primogénito, la esencia maligna de Drácula sale del cuerpo de Soleiyu y se interna en la última estancia con una sonora carcajada. Drácula tiene sus fuerzas multiplicadas, pero la leyenda dice que los Belmont siempre derrotarán a la oscuridad una y otra vez, cosa que también ocurre en esta ocasión, tras lo cual padre e hijo escapan del castillo y observan su derrumbe al amanecer desde una colina cercana, una vez más cuando la luz del sol naciente derrota a la horrible noche.